A mitad de julio partimos una familia y yo hacia Filipinas para recoger a una preciosa niña que el ICAB les había asignado. Tras un largo viaje, llegamos el sábado al medio día a Manila, descansamos el fin de semana y el lunes por la mañana viajamos a Dumaguete (zona sur) donde se encontraba la pequeña.
Al llegar a Dumaguete la sensación fue de haber retrocedido en el tiempo, de encontrarnos en un lugar pintoresco, cálido y rural. Nos vinieron a recoger la directora del centro y una enfermera voluntaria con su furgoneta.
Llegamos al orfanato y nos encontramos ante una parcela con jardín y animales, en el centro había varias casitas donde habitan los niños y sus cuidadoras. Realmente se veía un lugar bonito y lleno de vida.
Los padres pudieron permanecer en el orfanato todo el tiempo que desearon. Acudíamos a primera hora de la mañana, marchábamos a comer a un sitio cercano y en cuanto los niños habían terminado la siesta, volvíamos hasta que tenían que irse a dormir. El período de acoplamiento dependiendo del menor es más o menos largo, teniendo en cuenta que el viaje dura como mucho 10 días. Normalmente el segundo o tercer día de haber conocido al menor, los padres se lo pueden llevar al hotel.
El período de transición y de adaptación puede ser duro tanto para el menor, como para los padres adoptivos. En el caso de Filipinas, nos solemos encontrar casos en los que los menores se encuentran muy apegados al personal del orfanato (directores, cuidadores, etc.) por lo que al marcharse, los pequeños lo sienten como una auténtica pérdida. Sin embargo, los padres no deberían verlo como algo negativo, sino al contrario, es muy importante que un menor haya querido a alguien, de esta forma, aunque sufrirá hasta haber superado el duelo, a posteriori le será mucho más fácil establecer vínculos con sus padres adoptivos. Estos vínculos, muy probablemente, serán más fuertes y estables que los que se dan en otras circunstancias. Otro aspecto muy importante y positivo es saber que vuestro hijo/a ha sido bien cuidado y atendido por el personal del orfanato durante el tiempo en el que no lo habéis podido hacer vosotros.
Tras pasar unos días en la región, regresamos a Manila y realizamos la visita oficial al Inter-Country adoption Board. Ese mismo día visitaron el ICAB dos familias españolas y dos familias americanas que estaban en el país para recoger a sus hijos. Todas las familias esperan esta visita con ganas y desean realizarse la famosa foto en los bancos de la sala de espera del ICAB como señal inequívoca de que por fin tienen a su hijo/a con ellos.
Los trámites en el ICAB son rápidos, distendidos y agradables. La trabajadora social en cargo del caso entrega la documentación pertinente y solicita en ese momento a la familia si desean escribir un mensaje en el expediente su hijo/a. Con gran sorpresa observé que en la primera hoja de cada expediente, había un recuadro con muchos renglones vacíos en los que ponía “message”. Nos explicaron que en ocasiones, los menores adoptados quieren viajar a su país de origen y visitan el ICAB para ver su expediente. El ICAB apoya fervientemente la búsqueda de orígenes, de forma que se convierte en una pieza clave y en cómplice de los padres en este proceso. De esta forma, cuando los niños filipinos adoptados crezcan, si lo desean, tendrán la oportunidad de disponer de toda la información existente de sus orígenes, así como también se encontrarán con un emotivo mensaje de sus padres adoptivos, escrito el día de su visita oficial.
Como podéis apreciar, este es otro de los toques mágicos del proceso adoptivo en Filipinas.
En mi estancia en Manila, visité seis orfanatos más, todos sorprenden por su amplio espacio exterior, con césped, gran vegetación, pequeños parques con toboganes, columpios, todo tipo de estructuras de colores, etc. Todos los orfanatos cuentan con una enfermería con recursos modestos, pero que garantizan el bienestar y la salud de los niños. Las casitas donde duermen los niños están limpias y ordenadas, en ellas se respira cariño, amor y respeto. Todas las cuidadoras que pude observar eran mujeres, tratan a los niños con delicadeza, cariño y muchísima paciencia. Los niños responden a ese trato de forma afectiva, estableciendo fuertes vínculos emocionales con ellas. El buen trato hacia los niños no deja de lado los límites y las normas, siendo necesaria cierta disciplina para ayudarles en su crecimiento y maduración psico-afectiva. Los pequeños suelen tener un horario muy ajetreado a lo largo de todo el día, se levantan pronto, comen cinco veces al día, hacen ejercicio, acuden a misa, duermen dos siestas y se limpian a diario.
Para finalizar, quería compartir con vosotros una consulta que realicé en el ICAB sobre la ley que entró en vigor en junio del 2009. Esta ley hace referencia a la declaración de adoptabilidad de los niños, pasando a ser administrativa, en lugar de judicial como se procedía hasta ahora Este cambio implica que procesos que antes duraban años, en la actualidad duran semanas o meses a lo sumo. El ICAB se mantiene positivo ante tal cambio, reconoce que han necesitado un período de tiempo de transición para poder adaptarse a la nueva ley. Sin embargo, creen que a partir de este mes de septiembre puedan vislumbrarse de forma más clara los beneficios que aportará esta nueva ley en el campo de la adopción internacional.
Aprovecho la ocasión para informaros que a lo largo del mes de agosto hemos recibido dos asignaciones más. Se trata de dos varones, uno de tres años y otro de 11 meses.
Enhorabuena a todas las familias!!
Un abrazo
Nuria Miranda
Delegada Créixer Junts Baleares